Desde que, afortunadamente, se prohibieron las corridas de toros en Catalunya estoy hasta las mismísimas narices. ¡Sí!. Hasta las mismísimas narices de tanto debate televisivo-radiofónico-bloguero-internauta siempre con los mismos argumentos vanos, vacíos y populistas tales como <<¿y qué pasa con los pollos / cerdos / terneros...? ¿Nadie los defiende?>> Muy señores míos. Para empezar acudan a Wikipedia y consulten la palabra Veganismo (ahí encontrarán una definición que les hará entender lo vacío de este argumento). Por otro lado: nadie –que yo conozca- acude a sacar pañuelos blancos ni a gritar olé en el matadero de la comarca.
Por supuesto que los toros embolaos y similares deben de prohibirse. Sí: PROHIBIRSE. Este es otro argumento que he oído mucho en estos días << ¿¡Hasta dónde estamos llegando!? ¡Prohibir una afición!, ¡Eso es muy peligroso!>> Veamos (y permítanme que compare al ser humano con el resto de animales porque, nos guste o no, somos animales también): hay gente que le “pone” abusar sexualmente de otra persona hombre/mujer, ¿no prohibimos eso? En nuestra sociedad no aceptamos, ¡prohibimos! La mutilación del clítoris ¿o como es peligroso el prohibir le damos tijeras a los depravados inhumanos? Cualquier tipo de tortura hacia un animal humano ó no humano ha de estar PROHIBIDA. Por mucha afición, romanticismo o tradición. El argumento de la tradición es otro tema del que desisto: me niego a seguir argumentando al respecto. Estoy muy harto.
Si la prohibición es a causa de politiqueo o no, sinceramente, ni me va ni me viene. Sea como sea, para mí lo importante es la abolición de las corridas de toros.
Espero que se sigan aboliendo muchos otros maltratos como las peleas de gallos en Canarias, comunidad por cierto que en 1991 prohibió las corridas de toros. Señores políticos: menos hipocresía.
Sólo me queda seguir apoyando a las asociaciones animalistas por la gran labor humana que hacen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario