
Este fin de semana he vuelto a sentir por breves espacios de tiempo lo que hace algunos años sentía y pensaba. Fue como una regresión al pasado. Bueno, no me entristeció. Al contrario. Quizás con las vacaciones que me esperan este año en ese mismo lugar, con otra gente, con otros pensamientos, vivencias e historias nuevas definitivamente lo que fue se borre y lo que se tragó el mar (o impregnó el aire) se borre para dejar paso a lo que soy ahora y de este modo, años después, en un futuro, tenga un lugar para repasar lo que soy, hago y pienso en la actualidad. Es como esas canciones que forma la BSO de tu vida. Al tiempo, cuando las escuchas, un chaparrón de recuerdos te mojan para bien o para mal. Ésa es la magia de estos lugares y de esa música. Es una puerta abierta al pasado, al recuerdo. A lo que fuimos y a lo que seremos.
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