miércoles, 3 de junio de 2009

Palmaditas en la cara

Hola a quien pueda estar leyendo esto.

Ayer se produjo un acontecimiento en mi vida que me hizo meditar. Es una de esas realidades que te dan unas palmaditas en la cara y te hacen abrir los ojos. Lo que para algunos puede quedar en una simple putada o una anécdota, para mí, ha significado mucho más.

Todo comienza a las 07:15 de la mañana cuando llego a la estación provisional de autobuses de Jaén para sacar el billete hacia granada. Algo muy rutinario. Pero ese día no había luz. Por cualquier tipo de problema que desconozco Sevillana Endesa cortó temporalmente el suministro. Consecuencias: no se podían expedir billetes a menos que le pagaras al conductor en efectivo. Por suerte pude ir con el coche de mi padre a trabajar.

Hice mal. No reclamé. Me limité a salir corriendo para coger a tiempo el coche. Quizás esté a tiempo de hacerlo todavía.

El no quejarse, el no reclamar, no soluciona nada, sino todo lo contrario: lo empeora. La moobilización (siempre pacífica, por supuesto) ha de estar siempre presente. Es nuestra tarea para la construcción de un mundo mejor, más justo. He descubierto (quizás ya lo sabía de antes) que no basta con quejarse en un blog o hacer campañas en él. Si, quizás a tu amigo que de higos a brevas entra a leerte le conmueva, pero no es ese el camino. Es sólo una parte. Hay que alzar la voz y luchar desde el camino de el medio. Esto sirve para las guerras, el terrorismo, la lucha del Tibet e incluso para mi problema con la estación de autobuses. Quedarse callado no sirve para nada. En absoluto.

"El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional."

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